Creo que mi vida es demasiado melodramática. Si no fuera por el móvil y los emails, diría que formo parte de una noveleta siglodiecinuevesca.
Sí, esas en las que el amor era eterno, a menudo imposibe y angustioso, y que nunca acababan bien. Sturm und drang.
Es especialmente melodramático el concepto de amor-odio. Dos amantes, condenados a amarse, y condenados a odiarse, a dolerse, a matarse. Muertos de amor si están lejos, y de dolor si están cerca. La relación imposible. El suicidio emocional.
Cuando lo leía, nunca era capaz de comprender tal relación. Tal concepto. Creo que a todos les pasa. Es como la sinestesia, o la creación artística febril.
No es comprensible.
Hasta que lo vives.
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