Una palabra tan intraducible.
Viene del portugués, y está relacionada con el término soledad. Pero su significado es otro.
Decía Pessoa que sólo los portugueses sienten bien las saudades, porque tienen una palabra para ello. Y en cierto modo tiene razón.
Todos sentimos saudades. Añorar algo que nos hizo felices, con una sensación entre alegría y anhelo, tristeza. Ese agridulce de recordad los buenos momentos con alguien que no volverá a estar contigo, el sabor de un dulce que ya no cocina nadie, pequeñas y sinceras felicidades irrecuperables. Pero no es hasta que conoces la palabra que eres realmente consciente de que eso es saudade y de todo lo que significa.
Y de pronto descubro que mi vida está llena de saudade, y que los fados tienen más sentido del que imaginaba. Y descubro toda una cultura, un sentimiento, encerrado en una palabra. Un modo de pensar. Un olor. Una sensación en la piel. Humedad. Saudade.
Y descubro que siento saudade. Y saberlo me hace sentirla más.
En mala hora aprendí la palabra.
jueves, 16 de julio de 2009
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