Y lo quiero aquí.
No quiero que esté lejos. No quiero esperar.
Quiero llenarme la boca de flores, las manos de pelo, los dedos de cintura y el suelo de ropa.
Quiero llenarme los días de teatros, los desayunos de manos, las noches de despertares, los trenes de impaciencia.
Quiero todo eso, y lo quiero aquí y ahora.
Aquí y ahora.
Aquí y ahora. Como un niño, como un crío.
Y si no lo tengo, pataleo y no lo quiero.